El orden de las cosas(L’ordine delle cose)
Film italiano del 2017, con regia de Andrea Segre
La psicología nos ha enseñado que, una cierta obsesión por el orden externo, podría indicar, un cierto desorden del orden interno del individuo. Si bien considero que la organización, que da un orden, es necesaria para lograr el éxito de una empresa, admito que la psicología tiene razón en que, el exigir maniáticamente un orden de las cosas, denuncia esa necesidad de no permitir que nada se escape al poder. Los autoritarismos lo saben muy bien, y es por eso que se ponen tan obsesivos en el control del todo a través de un orden militarizado, el cual les permite tener bajo sus manos ese todo a reprimir o manejar a su antojo.
El interesante film de Andrea Segre, director muy sensible a los problemas de la inmigración, nos enfrenta dos órdenes sociales opuestos: el de una sociedad acomodada conducida por dirigencias políticas no siempre con la sensibilidad humana y social que su función les exige, y otra, que por desintegrada y precaria y carenciada de todo, podríamos definirla como “desorganización social de desesperados primarios”.
¿Lacerante? ¿Conmovedora? ¿Aterradora? ¿Injusta? ¿Indignante? ¿Desesperante?, serian algunas definiciones, que provocan en nuestros sentimientos la situación de los prófugos, inmigrantes de este nuevo siglo, que escapan del hambre, del fuego, de las guerras, de los autoritarismos, y que en número horrorizante, mueren en el mar Mediterráneo, en un último y extremo intento por respirar el oxígeno de la libertad, y el elemental derecho de Ser Humanos Dignos.
Pero ese orden obsesivo del que hablaba, (y del que habla el film), produce rigideces que son como cárceles mentales de las que no siempre se puede escapar.
Como no puede escapar, Corrado, el protagonista de la historia de este film. Su formación, su orden, su status social, la política, no le permiten dar el paso hacia la solidaridad. El precio sería demasiado alto, y riesgoso.
Denuncia, “El orden de las cosas”, el maltrato en los centros de refugiados, (los llamados hot spots), denuncia la corrupción que se ha creado en torno a la atención de estos marginados del mundo, denuncia el uso político mezquino y aberrante de esta desgracia colectiva que pasa de un nivel de carácter social a uno del ámbito psicológico, evidenciando esa debilidad del hombre que, una vez injertado en un nivel social alto, teme perderlo insensibilizándose hacia los “inferiores”.
Magníficas actuaciones de Paolo Pierobon, Giuseppe Battiston, Valentina Carnelutti, Olivier Rabourdin, Fabrizio Ferracane, Roberto Citran, Fausto Russo Alesi.
Rigurosa y eficaz la regia de Andrea Segre. Encuadres e iluminación excelentes.
Pero el valor del film, pasa a mi entender, por el valor didáctico de su contenido. Porque nos pone delante de una problemática angustiante y de profundidad trágica, que no podemos subestimar como hacen algunos servicios periodísticos, que en vez de ayudar a ser solidarios con los desesperados, asustan con los supuestos peligros de una diversidad, que en realidad, solo puede enriquecernos.
michelangelotarditti@gmail.com
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