“Io, Daniel Blake”,
el nuevo film de Ken Loach
Ser espectador de este film de Ken Loach, es una especie de evocación de aventuras ya vivida por cada uno de nosotros en los paquidérmicos departamentos burocráticos de nuestros “Estados modernos”.
Es, evocar la impotencia que conocemos por haberlas vivido mil veces en extenuante repeticiones, en estados que, paradojalmente gozan de “evolucionados” sistemas mecanizados. Tecnificados.
Pero con personal no siempre con buena disposición para atender al público, o víctimas hastiadas de la parafernalia creada para complicar al ciudadano.
Donde hoy, todo pasa a ser operado a partir del online, y donde ese mecanismo hace que los ciudadanos, (hombres sacrificados que con sus impuestos mantiene el deficiente sistema), sean desoído, humillados, maltratados, descuidados, angustiados, en vez de ser protegidos y ayudados.
Con esta usual modalidad de insensibilidad, como podríamos esperar sensibilidad, solidaridad, y ayuda para los pobres prófugos que llegan de tierras incendiadas por las guerras, por las persecuciones, y por el hambre, pidiéndonos socorro!
Como ayudar al “extranjero prófugo” si no ayudamos al “nativo necesitado!”
Para colmo, aquellos (los invasores) significan el peligro!
Aunque el peligro en realidad es el mal funcionamiento del estado cuando no cumple con su función; cuando humilla al ciudadano con complicaciones burocráticas, y cuando busca de sacarse la responsabilidad de “ayudar a resolver”, derivando al ciudadano, con indignante facilidad, a la rápida y milagrosa nube informática: internet!
Pobre los ancianos, los enfermos, los carentes de un nieto cibernético que los ayuden a desentrañar el labirinto del web desconocido!
Que el estado sea sistematizado y moderno es sin duda útil y necesario, pero igualmente útil y necesario, es ayudar al ciudadano con un personal guía, especializado y con debida disponibilidad. Una sonrisa por favor!
No es función del Estado lavarse las manos derivando su trabajo al Sr. Web.
El film nos muestra,(mejor dicho nos pone el dedo en la llaga), esta desprotección que sentimos los usuarios, cuando por necesidad, debemos recurrir a lo que debería ser su protección y asistencia.
Engorrosos trámites que parecen destinados a un agotamiento mortal, a infinitas derivaciones de contestadores automáticos telefónicos (siempre que respondan!) son procedimientos contrarios a lo que el ciudadano debiera recibir, o sea: protección y ayuda resolutiva.
Noesdádiva, no es favor. Es su deber Sr. Estado!
En vez, no!
Angustian, maltratan, desprecian, humillan, por no decir, matan.
Como es en el caso de este film, que nos habla de la fatal odisea del Sr. Daniel Blake.
Es recurrente en Ken Loach proponer una aguda, un profundo análisis sobre el tema social. Y no nos defrauda jamás!
Io, Daniel Blake, es un film de enorme sensibilidad, de enorme agudeza, que, lamentablemente, nos pone delante de nuestra impotencia y limitación, por la ineficiencia de la burocracia y de los deficientes sistemas de asistencia al público. Equivocados, injustos e insensibles.
Los trabajos actorales, espléndidos, y a la altura de este gran trabajo de Loach.
Dave Johns y Hayley Squires, dos protagonistas excelentes que nos sacuden y emocionan con situaciones de bello y difícil rigor emocional.
Podemos confiar en un futuro donde el público sea respetado como legítimamente corresponde?
Un film para aplaudir!
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